domingo, 15 de mayo de 2011

Pedro

Hoy ha pasado esa mierda: te llaman para decirte que un amigo ha muerto. Te haces la madura y muy nerviosa adoptas la postura de "vaya, qué contrariedad" y en el fondo de tu alma te hierve la sangre, te suben las lágrimas- siguen ahí, horas después- y no te crees nada de lo que te dicen... hasta que sale en los medios y ya no hay vuelta atrás. El amigo ha muerto. Ya es oficial. Y sigues en la postura de no, no me lo creo. Y te empiezan a llamar los amigos. Y te sigues muriendo de pena.

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