Todos hemos visto Eurovisión de pequeños. A mí personalmente ni me gustaba ni me disgustaba. Pero ay amigos, una se hace mayor y empieza a ver belleza y poesía en cualquier estercolero. Es algo que no entiendo, por qué a medida que creces la mierda te atrae de manera casi enfermiza.
Eso es Eurovisión, mierda de primera, de hecho es Euromierda. Países que no sabes ni que existen compitiendo en ninguna armonía, ya sabes, somos del bloque del este y nos apoyamos, somos sureños y nos apoyamos, somos ingleses y nos quedamos solos. A quién le importa la música? Pues a nadie, claro está.
Me encantaría que este año nuestros representantes fueran La Casa Azul, no se me ocurre nada más eurovisivo desde Milk& Honey, aquellos israelitas que "nos" robaron el primer puesto gracias a la votación final de nuestros quijotescos representantes... pobre Betty Misiego y su coro de infantes. Uno de mis traumas infantiles, el mayor. Yo quería ser corista de Betty Missiego y gritar en el momento oportuno de la canción... "¡Eh Mayor!". Os dejo con Betty y con Milk & Honey.
1 comentario:
Betty Missiego.... Qué grande...
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