Canal Cocina: el nuevo yoga

No hay nada que relaje más que una sesión de Canal Cocina, aprendes una barbaridad sobre el mundo de la gastronomía y descubres parajes perdidos de la geografía ibérica y a sus muy nobles gentes.

La programación es variadísima, programas cortos en los que un cocinero presenta un par de recetas con una simple variante: si el cocinero es de gama media le ponen una churri al lado. Si es un master del universo como Mario Sandoval, Sergi "Mirolloeselrock" Arola o Alberto Chicote, sin churri. Viajes por el mundo varios en los que un inglés, un francés o un americano quedan como auténticos idiotas en cualquier cocina allende los mares. Los mejores, sin lugar a dudas, son los de las señoras cocineras de andar por casa. Enseñan su receta estrella desde las cocinas de sus casas, con sus ollas, sus mandiles, sus relojes de pared y su alicatado hasta el techo. Impagable.

LOS PROGRAMAS ESTRELLA

Top Chef: el mejor. Un Gran Hermano de aprendices de cocinero americanos en América, un dato fundamental para entender la grandeza del programa, en el que semanalmente nominan y expulsan y los retan a conseguir platos de alto copete con ingredientes básicos para la cocina -como el maíz para hacer palomitas- en tiempo récord. Los suelen servir a un jurado compuesto por gremios profesionales de muy distinto pelaje: los trabajadores de un Friday´s de Austin, el reparto y equipo técnico de un culebrón hispano en Miami o el cuerpo de bomberos de NYC.

Viajes con sabor: un gilipollas americano dando vueltas por el mundo y quedando como un gañán en todas partes. Lo mejor, como siempre, los entrevistados. Queseros, criadores de patos y un sin fin de negocios poco habituales regentados por gente poco sociable. A veces da más miedo que El Resplandor.

Dulces Tentaciones: la sin par Hermana Bernarda, una monja con bigote parecida a Tootsie pero con hábito preparando engrudos centroeuropeos, es bastante soporífero, ideal para siestas. A dos de mis mejores amigos les vuelve locos la Hermana Bernarda.

Saladas Tentaciones: de la creadora de Dulces Tentaciones. Dejo a la imaginación del lector la línea argumental del programa.

22 Minutos: a evitar como si de la peste se tratara. Ese "Vamos a conectar con la gente joven" muy lamentable. Un joven enrolladísimo que vive en un loft, se mueve por Madrid en bici y no se cuántas sandeces más, nos enseña cómo realizar un menú absolutamente asqueroso en tan sólo 22 minutos. Toda una proeza. Sus comentarios tan enrollados como él mismo dan miedo, asco y pena.

Los Fogones tradicionales: lo más. Nos acerca a la cocina de una señora que "prende la lumbre" y que prepara guisos de los de toda la vida en ollas tipo Panoramix con cinco kilos de manteca de cerdo y dos litros de aceite como ingrediente principal, unas papas con chorizo para doce comensales en su cocina de leña del siglo XVIII.

Pasta y basta: éste es lo más parecido a una sitcom. Una señora italiana que se parece a Tootsie- sí también se parece a Tootsie, es un fenómeno a estudiar- que habla medio en italiano medio en castellano, pero en plan serie y hace recetas italianas que sólo ella entiende, porque se monta unos jaleos que no sabes que está añadiendo a qué, ni por qué, ni de qué va el resultado final. Te partes el culo con las historias de su pueblo en Italia, parece Sofía Petrilo, de las recordadas Chicas de Oro, y su Sicilia natal. Para rematar la faena la tía no emplata, desemplata ¿? .

Te puedes pasar horas y horas viendo este canal, engancha mogollón. Eso sí, corres el riesgo de ponerte a preparar un risotto de espárragos verdes a las tres de la mañana y quedarte tan ancha. Es lo que tiene.