domingo, 24 de abril de 2011

Café Librería

Ese concepto, es que no lo entiendo. En plan: "Me voy a la librería a ver si ha salido lo último de Vizcaíno Casas y ya de la misma me tomo un frapuccino de moka". Es que no se me ocurre qué tipo de lector va a una librería a tomarse un café. ¿Los fans de Carlos Ruiz Zafón tienen pinta de tomarse café? A lo mejor, pero será café marca Bosque Verde o Hacendado. Es que además, ¿Quién coño se toma un café en una librería por mucho que se pueda? ¿Un cirujano? Imágínate ese momento de tomarte un café en una librería y que se te caiga entero encima del último grito sueco a nivel editorial de anoréxicas tatuadas hackers- léase hacker como alguien que sabe mandar un mail y conectar su disco duro externo al portátil, mazo de hacker, vamos- qué pasa entonces si se te cae el café encima de la pila de Lindsays, ¿Te los hacen pagar? Vale, pero ¿Y la vergüenza que pasas? Eso no lo paga nadie. Conozco a varios que ya lo piden todo en Amazon por alguna experiencia desagradable con los Café Librería. Si es que los carga el diablo.

4 comentarios:

mona meinhof dijo...

exactamente. vaya mierda de concepto, y el éxito -de crítica, al menos- que tienen estos locales, oye. ya sé que es un post viejo, pero más vale tarde etc.

Anónimo dijo...

Bueno la verdad que de chorradas anda este blog...será que nunca has leído un libro en casa mientras tomas algo, es lo mismo pero en un lugar público, se te ha estrujado el cerebro con este análisis...lo que uno tiene que leer...

Anónimo dijo...

Pues sí, me parece absourdo que no puedas tomarte un café mientras lees un libro. Es más, yo diría que mucha gente se sienta a la mesa de la cocina con un libro para leer y necesita siempre su taza de café o té. Yo soy de esos, dar el sorbo a un buen café mientras deboro hojas de Henning Mankell o de Javier Marías. Abrazos a todos y que siga el doblete café y libros.

El cuervo dijo...

Bueno, anda, tú si que eres chorras con el análisis que haces de los Cafés con libros.

En fin...